NG! Asteroide B612

Mundos imaginarios donde nos encontramos con los sentimientos mas magicos. Lugares a donde viajamos cuando queremos alejarnos del ruido que aturde en la rutina. Suspiros que alimentan nuestra burbuja de paz. ...I love you when you´re blue...

Recordé porqué nació esta foto. En la facultad nos habían hecho leer un cuento que mostraba dos miradas hacia un solo hombre, una de ellas totalmente ajena a su vida; y la otra, la de su mujer, quien había compartido con él infinidad de momentos, "su intimidad". Por supuesto aquella persona que no lo conocía, comenzó a sacar conjeturas sobre lo que seguramente se escondía detrás de su apariencia, no, no eran precisamente halagos. En cambio la mirada de la mujer, mostraba una visión totalmente diferente, dejaba ver a un hombre imperfecto pero con un gran valor, con detalles obvios solo para ella. Esa intimidad tan hermosa que nos regala la vida algunas veces. Y es que en ocaciones creo aún más en esa teoría que cuenta Que las personas son mas hermosas cuando creen que nadie las ve, esa espontaneidad que los torna un tanto vulnerables, esas sonrisas inesperadas o esas lagrimas que intentan esconder y nadie mas ve. La foto muestra la imagen de un corazón al que alguien se tomó e

Como había llovido toda la mañana y seguía nublado por la tarde y los fuertes chaparrones anunciados se cernían amenazadores sobre las calles centrales, a eso de la cinco la farmacia de la calle Florida estaba llena de gente buscando drogas. Un enorme mostrador longitudinal, dividido en sus extremos y en su centro por las cajas registradoras de pagos y por los pupitres de las empaquetadoras, enfrentaba paralelo el largo banco destinado al público que esperaba. En ese banco largo y estrecho de respaldo algo curvo se sentaban también esos seres tan peculiares que en las grandes ciudades esperaban sin esperar nada, ociosamente instalados en los asientos públicos, en los vestíbulos de los Bancos o en los negocios en los que la gente se aglomera a la expectativa de que mediante el canto de un numero se la llame. Una infinidad de personas aparecían sentadas codo a codo en la banqueta de espera paralela al mostrador de ventas de la farmacia, cuando entro aquel hombre de impermeable, sombrero